¿Y si los héroes no fueran tan heroicos? Marvel da un giro inesperado con Thunderbolts, una película que deja atrás el brillo habitual del UCM para sumergirse en lo más profundo de la culpa, la redención y la fragilidad humana.
Con Thunderbolts, Marvel Studios da un giro inesperado a su universo cinematográfico, apostando por un tono más sombrío, realista e introspectivo. Lejos del colorido y la épica heroica que ha caracterizado a sus producciones anteriores, esta nueva entrega —dirigida por Jake Schreier— se centra en un grupo de personajes rotos, marcados por su pasado, y enfrentados a una misión que los obliga a convivir, colaborar y, en algunos casos, redimirse.
Un nuevo enfoque en la Fase 5 del UCM
Ubicada dentro de la Fase 5 del Universo Cinematográfico de Marvel, Thunderbolts surge como una suerte de contrapartida de Los Vengadores. En lugar de héroes altruistas y cohesionados, el film reúne a antiguos villanos y antihéroes bajo la supervisión de Valentina Allegra de Fontaine (Julia Louis-Dreyfus), figura enigmática y manipuladora que ya había tenido apariciones previas en Black Widow y The Falcon and the Winter Soldier.
El equipo está compuesto por Yelena Belova (Florence Pugh), Bucky Barnes (Sebastian Stan), John Walker (Wyatt Russell), Ghost (Hannah John-Kamen) y Red Guardian (David Harbour). Todos ellos comparten un historial manchado y una marcada desconfianza mutua. Esa falta de unidad es, precisamente, uno de los elementos que aporta frescura a la narrativa.
Un reparto comprometido y emocional
Uno de los mayores aciertos de la película radica en el nivel interpretativo de su elenco. Florence Pugh brilla como Yelena, consolidando a su personaje como uno de los más complejos y carismáticos del UCM. Su actuación oscila entre la dureza y la vulnerabilidad, y dota al relato de una dimensión emocional poco común en este tipo de producciones.
Sebastian Stan ofrece una versión más introspectiva y madura de Bucky Barnes, mientras que David Harbour equilibra con acierto el humor y la melancolía de su Guardián Rojo. La química entre los personajes, marcada por la tensión constante y por momentos de inesperada cercanía, se convierte en uno de los principales motores dramáticos de la película.
Acción realista y menos efectos digitales
A diferencia de otras cintas de Marvel, Thunderbolts apuesta por una acción más cruda y contenida. Buena parte de las escenas de combate fueron rodadas con efectos prácticos, reduciendo significativamente el uso de CGI. Esta decisión técnica no solo otorga mayor realismo a las secuencias, sino que también refuerza el tono sobrio y casi terrenal del film.
La dirección de Jake Schreier se desmarca del habitual vértigo visual de Marvel. Opta por una estética sobria, con una cámara contenida y un ritmo narrativo más pausado, que recuerda por momentos al cine de espías o a los thrillers de acción clásicos. Aquí, lo importante no son los fuegos artificiales visuales, sino los dilemas morales de los protagonistas.
Un relato de redención, culpa y oscuridad
El guion, firmado por Eric Pearson y Joanna Calo, se atreve a explorar temas más adultos como la culpa, la necesidad de redención, la pertenencia o el miedo a uno mismo. La introducción de Sentry (Lewis Pullman) —un nuevo personaje con poderes inmensos y un alter ego oscuro conocido como “El Vacío”— aporta una dimensión psicológica inquietante. Su conflicto interno plantea cuestiones profundas sobre la dualidad humana y la fragilidad mental, en una línea poco habitual dentro de Marvel.
Pese a su tono más serio, Thunderbolts no renuncia del todo al humor. Hay momentos de alivio cómico, principalmente protagonizados por el Guardián Rojo, que funcionan sin romper el equilibrio emocional del conjunto. Aun así, esta no es una película diseñada para hacer reír ni para deslumbrar con espectacularidad, sino para provocar reflexión e incomodidad. Y en eso, acierta de lleno.
Conclusión: Marvel arriesga y acierta
Thunderbolts representa un cambio de rumbo valiente dentro del UCM. Con una narrativa madura, personajes profundamente humanos y un enfoque visual alejado del estándar habitual, Marvel demuestra que aún tiene margen para reinventarse. Es una película que probablemente dividirá al público, pero que deja claro que el estudio está dispuesto a explorar caminos nuevos, más oscuros y complejos.
Este post ha sido escrito por nuestra colaboradora: @trizti, a la cual le agradecemos que haya querido compartir con nosotros su opinión sobre esta película, tras asistir a la premiere.
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