Una película que intentó ser sinfonía y acabó siendo un batiburrillo de cortos desiguales.
Clásico número 8
Cuando Disney quiso ser orquesta
En plena posguerra, los estudios Disney atravesaban una de sus etapas más complicadas. Tras el éxito de Fantasía (1940) y las pérdidas económicas derivadas de la Segunda Guerra Mundial, la compañía se vio obligada a reducir costes. Nació así la idea de los llamados package films, largometrajes compuestos por varios cortos unidos por un tema común.
Aunque muchos consideran a Make Mine Music! el inicio de esta etapa, en realidad fue precedida por Saludos Amigos(1942) y Los tres caballeros (1944), ambos creados en el marco del viaje diplomático de Walt Disney por Latinoamérica. La diferencia está en que aquellas películas tenían un hilo temático claro, mientras que Make Mine Music! fue el primer “package film” puramente experimental, donde la música era el único vínculo entre segmentos.
El resultado fue, en cierto modo, un intento de repetir la fórmula de Fantasía, pero con un tono más ligero, más moderno y, sobre todo, más económico de producir. Sin embargo, la magia no terminó de funcionar.
Una antología irregular
La película está compuesta por diez segmentos independientes, cada uno con un estilo y tono diferentes, interpretados por artistas de la época como Benny Goodman, Dinah Shore o The Andrews Sisters. En teoría, la variedad debía ser su punto fuerte; en la práctica, fue su mayor debilidad.
Buena parte de los cortos resultan difíciles de digerir hoy en día. Algunos se hacen eternos, otros rozan lo confuso, y casi ninguno consigue emocionar o dejar huella. A pesar del colorido y del evidente talento técnico, el conjunto se siente fragmentado, inconexo y agotador.
Y es que Make Mine Music! no tiene una narrativa unitaria ni un ritmo que atrape: parece más bien una colección de ideas sueltas, fruto de un estudio que sobrevivía a base de ingenio y reciclaje.
Un cierre que salva la función
Sin embargo, no todo se pierde en el camino. El último segmento, The Whale Who Wanted to Sing at the Met, brilla con luz propia. Es una joya musical y narrativa en medio del caos: emotiva, creativa y con una potencia visual que anticipa lo que Disney volvería a lograr años después.
Su historia —la de una ballena con talento para la ópera— combina humor, tragedia y lirismo, recordándonos lo que la animación puede transmitir cuando se alía con la música de verdad. Es el momento en que Make Mine Music! alcanza por fin la armonía que prometía.
Entre el experimento y la supervivencia
Más allá de sus fallos, la película tiene valor como testimonio histórico. Representa el intento de Disney por mantener a flote sus estudios durante los años más duros, cuando los grandes largometrajes eran imposibles de financiar. De hecho, sin estos package films (que continuarían con Tiempos deMelodía o Las Aventuras de Bongo, Mickey y las Judías Mágicas), la compañía quizá no habría sobrevivido hasta su renacimiento con Cenicienta en 1950.
Eso sí, vista hoy, Make Mine Music! resulta una experiencia irregular. Es un ejemplo claro de cómo la música puede ser el alma de una obra… o su mayor debilidad cuando no hay una historia que la sostenga.
El eco de una nota desafinada
Volver a verla deja la sensación de un experimento fallido, pero también de una etapa fascinante del estudio. La animación es hermosa, el talento artístico evidente, pero la falta de cohesión la convierte en un título difícil de recomendar incluso a los fans más devotos.
Y aun así, cuando la ballena canta en el último corto, uno entiende que Disney todavía guardaba magia —solo que, esta vez, se le escapó entre compases.
Puntuación: 3,38/10
(Puntuación basada en: argumentación, personajes, banda sonora y animación).
Por supuesto, esta es solo mi opinión personal, y entiendo que para muchas personas esta película pueda tener un valor especial, ya sea por nostalgia o por su importancia histórica. Estaré encantada de leer otras perspectivas y debatir sobre ellas en mis redes sociales. ¡Siempre es interesante ver cómo una misma obra puede generar opiniones tan variadas!


Nuestras Redes Sociales